"Las buenas personas fueron la base de nuestra paz. Ahora parece que ese tipo de gentes se han quedado ociosas u obsoletas y día tras día cuesta tropezar con este género de la especie humana de cuya bondad derivaba una bonanza social. Las buenas personas eran además, dentro y fuera de la familia, un resguardo de seguridad y felicidad.
Podía confiarse en las buenas personas como soportes. Soportes y pilares ejemplares a través de cuya admiración por los demás servía de contagio y emulación para otros."
Lástima esa formulación en pasado. Lástima que el sentir general no sea pensar que de buenas personas está el mundo lleno. Yo sí lo creo. Y conozco a muchas. Algunas ya no están, por desgracia; otras siguen aquí, afortunadamente. Y las admiro profundamente.
Como dice una lectora de El Boomerang:
"Existen. Suavizan la vida, son un bálsamo y es siempre una alegría encontrarlas y escucharlas. Su trato es natural y afectuoso y de ellas ni se espera ni viene la crueldad, el insulto, la burla, el engaño, la astucia y demás puntas del astro maldad. Su actuacion puede ser torpe o confusa pero es siempre frontal y decidida.
Y entre ellas, hay otras que van mas allá. Independientes siempre y con criterio propio, no temen ser discordantes y no vacilan en alzar la voz allí donde ven un atropello a la dignidad y derechos de sí mismas y de cualquier ser humano aunque no lo conozcan.
Todas hacen el mundo un poco mejor."
No podría estar más de acuerdo con Nube.
Estos días me veo en la situación de pedir un favor a algunas personas que conozco para poder ayudar a otras que lo necesitan. Y no deja de emocionarme y de hacerme sentir privilegiada comprobar que estoy rodeada de buena gente. Gracias a todos.
Podía confiarse en las buenas personas como soportes. Soportes y pilares ejemplares a través de cuya admiración por los demás servía de contagio y emulación para otros."
Lástima esa formulación en pasado. Lástima que el sentir general no sea pensar que de buenas personas está el mundo lleno. Yo sí lo creo. Y conozco a muchas. Algunas ya no están, por desgracia; otras siguen aquí, afortunadamente. Y las admiro profundamente.
Como dice una lectora de El Boomerang:
"Existen. Suavizan la vida, son un bálsamo y es siempre una alegría encontrarlas y escucharlas. Su trato es natural y afectuoso y de ellas ni se espera ni viene la crueldad, el insulto, la burla, el engaño, la astucia y demás puntas del astro maldad. Su actuacion puede ser torpe o confusa pero es siempre frontal y decidida.
Y entre ellas, hay otras que van mas allá. Independientes siempre y con criterio propio, no temen ser discordantes y no vacilan en alzar la voz allí donde ven un atropello a la dignidad y derechos de sí mismas y de cualquier ser humano aunque no lo conozcan.
Todas hacen el mundo un poco mejor."
No podría estar más de acuerdo con Nube.
Estos días me veo en la situación de pedir un favor a algunas personas que conozco para poder ayudar a otras que lo necesitan. Y no deja de emocionarme y de hacerme sentir privilegiada comprobar que estoy rodeada de buena gente. Gracias a todos.
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